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1 Fincas de olivos y almazaras en venta en Grecia e Italia

Gran superficie de olivos con marca propia de aceite de oliva extra virgen.
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AOVE (Aceite de oliva Virgen Extra)

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Greece and Italy

Grecia e Italia

El aceite de oliva ya era un producto preciado y muy solicitado en los intercambios culturales de las antiguas ciudades de Mesopotamia y Egipto. Los intercambios comerciales de aceite de oliva que se produjeron entre fenicios, micénicos y griegos permitieron a las antiguas poblaciones de las regiones costeras que hoy conforman Grecia, Túnez, Francia, España e Italia, conocer y descubrir el aceite con todas sus innumerables cualidades.

Los fósiles de hojas de olivo silvestre encontradas en Santorini, Grecia, cuya antigüedad se estima en a 60.000 años, así como los hallazgos arqueológicos de los palacios minoicos en Creta, sugieren que este aceite formaba parte de la dieta cretense hace unos 6500 años. Unos milenios más tarde, los minoicos podrían haber creado los primeros registros escritos y obras de arte del mundo que representan olivos y aceite de oliva, fundamental para la vida minoica hacia el año 1700 a. C. Se han encontrado huesos de aceituna en las excavaciones del palacio de Tirinto, en las tumbas de Micenas y se pueden encontrar citas sobre este preciado árbol frutal en la Odisea, donde Ulises había tallado el lecho nupcial con un enorme tronco de olivo.

Según un antiguo mito conocido, los atenienses eligieron a la diosa Atenea en lugar de Poseidón para la protección de la ciudad, puesto que les ofreció como regalo un olivo, una fuente de vida que les proporcionaría el alimento. El aceite de oliva ha desempeñado un papel central en la cocina griegas durante milenios.

El aceite de oliva pasó a ser mucho más que un alimento: Los antiguos atletas olímpicos se untaban el cuerpo con aceite de oliva y celebraban sus triunfos con coronas de hojas de olivo en la cabeza en los antiguos Juegos Olímpicos. Los campeones de las Panateneas ganaban enormes jarras de aceite de oliva. Hasta el olivo de Platón, debajo del cual el filósofo famoso enseñaba a sus alumnos, hace 2.400 años, o hasta las propiedades curativas del aceite mencionadas por Hipócrates, también era conservante, medicamento, lubricante, perfume y un elemento esencial en las ceremonias religiosas (que se mantiene en la Iglesia Ortodoxa Griega hasta nuestros días). Durante la guerra, los mensajeros que solicitaban tregua, llevaban una rama de olivo como símbolo de paz. Además, los ciudadanos que habían cometido graves delitos y buscaban asilo en el altar de un dios, llevaban también consigo una rama.

Con la colonización griega en el Mediterráneo y gracias a los barcos fenicios, que actuaban como nexo de unión para el intercambio de mercancías con otros países, llega también el aceite, convirtiéndose en piedra angular de la economía, el llamado «oro verde».

Roma comienza a utilizar y producir aceite para hacer bálsamos perfumados, ungüentos médicos, que eran capaces de curar heridas y aliviar picores. Incluso los soldados se untaban con aceite de oliva para protegerse del frío. Se dice que los cartagineses ganaron la guerra en invierno contra los romanos, porque se habían protegido con aceite, al encontrarse luchando en las heladas aguas del río, las piernas de los romanos se congelaron y sucumbieron.

El olivo también fue venerado por los romanos: la mitología romana atribuye a Hércules la introducción del olivo desde el norte de África y sería la diosa Minerva quien habría enseñado a los hombres el arte del cultivo y extracción del aceite.

Fue con el dominio del Imperio Romano que se desarrolló aún más el cultivo del olivo: se difundió la planta en los territorios conquistados, incluso se pagaban tributos en forma de aceite.

Desafortunadamente, con la caída del Imperio Romano, incluso el cultivo de olivos cayó en desgracia y durante cientos de años las cosechas disminuyeron enormemente.

La antigua cocina romana prefería el aceite, especialmente crudo, pero en la Edad Media se prefería la manteca de cerdo y el sebo para sazonar. La producción de aceite en la Edad Media no prosperó, ya que las mejores tierras agrícolas se destinaban al cultivo de cereales. Las grasas animales, más fácilmente conservables, se utilizaban para condimentar los platos.

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Rimontgó Fincas de Olivos

Rimontgó Fincas de Olivos

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