Encuentre su olivar o almazara
Infografía de la Denominación de Origen

Chile
En el planeta existen cerca de 11 millones de hectáreas de olivos plantadas. Se cultiva desde hace al menos 6000 años y es originario del Asia Menor, desde donde se extendió a la cuenca del mediterráneo, entre los años 3000 y 4000 antes de cristo.
Los españoles lo trajeron en 1492 y se mezcló con la flora y fauna nativa. En 1560, ya había plantaciones de olivos en México, y luego llegaron a Perú, California, Argentina y Chile.
Las plantaciones comerciales de olivos en Chile comenzaron en 1952, con José Canepa Vacarezza. Algunas pequeñas empresas también siguieron su ejemplo, pero su cultivo se mantuvo concentrada solo en las zonas de Sagrada Familia, Limarí y Huasco. Fue recién a fines de los años 90, con el impulso de Elvio Olave cuando se dio paso a mayores inversiones, incorporación de modernas tecnologías y a las primeras exportaciones.
Desde el año 2010 al 2020 las plantaciones de olivos tuvieron un gran crecimiento llegando a las 25.000 hectáreas y una producción de 18.500 toneladas. El 60% de esta producción se destina a exportación, principalmente a Brasil y Estados Unidos. Chile se sitúa hoy en el décimo lugar de los países exportadores de aceite de oliva en el mundo, principalmente en el segmento de aceite extra virgen, el de mayor calidad. El cultivo comercial del olivo para aceite se realiza desde la región de Atacama hasta la región del Maule. En cuanto a la distribución regional de la superficie plantada, la región Metropolitana, Maule y la Región de O´Higgins representan la mayor parte de la superficie plantada, también en la región de Coquimbo se han hecho plantaciones.
Principales variedades en Chile:
La variedad Arbequina, proveniente de España, es la más plantada en Chile, representa cerca del 60% del total, le sigue la variedad Arbosana con un 20%, variedades italianas (Frantoio y Leccino 10%), griega (Koroneiki), Picual y Coratina. Variedades en su mayoría aptas para el cultivo en superintensivo.
El cultivo del olivo ha sufrido una gran modernización gracias a los avances tecnológicos. Uno de los más destacados es la mecanización de la cosecha. También han evolucionado los sistemas agronómicos de producción en los últimos años a modelos intensivos y superintensivos. En Chile el 57% son plantaciones en intensivo y superintensivo.
El olivo es una especie perenne, subtropical, que exige climas templados cálidos. Prefiere temperaturas moderadas entre 10 y 30 grados. Soporta altas temperaturas en verano, de hasta 40 grados, pero el árbol solo trabaja entre los 15 y los 35. Fuera de ese rango su actividad se detiene. El olivo también necesita una cantidad determinada de frío y esta es la razón por la cual no se pueden cultivar en climas tropicales. Por ejemplo, la variedad Arbequina, la más plantada en Chile, inicia la acumulación de frío con temperaturas bajo los 7.3 grados y necesita acumular al menos 350 horas de frío para lograr una brotación uniforme.
La acumulación térmica del olivo necesita desde la floración a la madurez necesita 1066 grados días con una temperatura base de crecimiento de 12.5 grados para alcanzar un buen contenido de azúcares en los frutos.
Si bien, el olivo tolera muchos tipos de suelos, su productividad aumenta en suelos con texturas francas, franco arenosas y franco arcillosas. Debe tener una profundidad efectiva mínima de 80 centímetros. El olivo es una de las especies con mayor tolerancia a suelos con alta salinidad, muy comunes en la zona central de chile.
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