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Arbequina
La Arbequina, una de las variedades más reconocidas a nivel internacional por su adaptabilidad y calidad, ha encontrado en Argentina y Chile un terreno fértil para su desarrollo y expansión. Originaria de la localidad de Arbeca, en la provincia de Lérida (España), esta variedad ha sido ampliamente adoptada en el Cono Sur gracias a sus características agronómicas y a la calidad sensorial de sus aceites.
En Argentina, particularmente en regiones como Mendoza, San Juan y La Rioja, la Arbequina se ha consolidado como una de las variedades más plantadas en los sistemas de cultivo superintensivos, gracias a su elevada productividad, su porte bajo, su rápida entrada en producción y su adaptación a climas continentales y suelos con diferentes características.
En Chile, donde las condiciones climáticas del valle central favorecen la olivicultura, la Arbequina se ha posicionado como la base de muchos proyectos olivícolas de exportación, sobre todo en zonas como la región de Coquimbo, Valparaíso y O’Higgins. Su resistencia al frío, tolerancia a la salinidad y alto rendimiento en sistemas mecanizados la hacen ideal para la producción moderna y tecnificada que domina el sector chileno.
Si bien es una variedad rústica, bien adaptada a suelos pobres y secos, hay que tener en cuenta su susceptibilidad a la clorosis férrica en suelos muy calizos y su menor estabilidad oxidativa, lo cual exige especial atención en las etapas de elaboración y almacenamiento del aceite.
Aceite de Arbequina en el Cono Sur
Los aceites obtenidos de Arbequina en Argentina y Chile destacan por su perfil sensorial suave y elegante, con frutados medios a intensos, notas de manzana fresca, almendra verde y plátano, y un amargo y picante muy ligeros. Son aceites frescos, con textura fluida, y menos concentración de ácido oleico que otras variedades, lo cual les aporta una dulzura característica y un perfil organoléptico muy valorado en mercados internacionales.
Debido a su bajo contenido en polifenoles, estos aceites presentan una estabilidad menor, por lo que se recomienda un cuidado especial en su almacenamiento para mantener su frescura y cualidades sensoriales a lo largo del tiempo.
La Arbequina en Sudamérica se ha convertido en sinónimo de calidad y proyección internacional, aunque su limitante principal sigue siendo su estabilidad oxidativa, lo que plantea retos para su comercialización a largo plazo. Aun así, el aceite de oliva virgen extra de Arbequina producido en Argentina y Chile ha sido premiado en numerosas ocasiones, consolidando la reputación de ambos países como referentes emergentes en el mundo del aceite de oliva de alta gama.
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